Manuel Gandarillas 1904-?

Su poesía es simple como un árbol. Enraizado en la tierra chilena, canta motivos vernáculos o bien temas históricos o del folklore. Es sencillo, armonioso y vital. Periodista de vocación, Gandarillas, con apostura de hidalgo español, ha hecho un paréntesis en la vida de la noticia, para dar testimonio de la creación del poeta que en él vive vigorosamente.
No ambiciona nombradía y es, en último término, un cantor de la belleza de nuestro paisaje, intérprete de ciertos hechos históricos, rapsoda que coge su guitarra para dar la tonada y el romance.
Nuestro ambiente colonial, la vida del campo chileno, la sortija, el amor y la guitarra están en la voz de éste poeta que deleita con la gracia de su verso tan simple como el trigo recién nacido.

Obra: Rumor del tiempo.


Muerte del General Carrera

Cajas de luto en Mendoza,
murió el General Carrera...
Llorando van por el cielo
un húsar de calaveras,
dragones de terciopelo,
infantes de Yerbas Buenas.

Negro patíbulo, negro.
Bronce y laurel, Carrera,
altiva flor de desgracia,
montón de tierra chilena;
besó a la muerte en la cara
como a una niña morena...

Ocho copihues de sangre
le dieron los fusileros...
Los recibió con pie firme,
el recio perfil, sereno;
un bravo puma de Chile,
tendido en suelo extranjero.

Alto en la muerte, más alto
que la blanca cordillera,
cortaron con un cuchillo
la cabeza de Carrera
y en la torre del cabildo
la pusieron por bandera.

Y en la torre del cabildo,
del cabildo de Mendoza,
la cabeza de Carrera
dormía almohadas de gloria,
de sangre, de fuego y cera:
¡Silencio de Cantimploras!

En un caballo celeste,
se fue el General Carrera...
Lo escoltaban por el cielo,
un húsar de calaveras, dragones de terciopelo,
¡infantes de Yerbas Buenas...!


El Aire
(Baile de antaño, para Margot Loyola)
(1815-1818)


Eres la espuma del cristal y el viento,
tienes el puro corazón del alba,
el pajareo tornasol del aire
y la cadencia y el vaivén del agua.

¡Oh, baile hallado por Margot Loyola
tras el azogue de un distante espejo,
en un bargueño herido por la herrumbre,
entre cintas mojadas de recuerdos.

Cofre que guarda aquel cariño antiguo
con que en Chile se amaron los abuelos
—pasan penando por el Calicanto
dramas de brumas y de terciopelo.—

La tolvanera de tu historia evoca
los rostros en las horas diluidos,
fantasmas dulces y salones solos ,
lunas deshechas en raíz de olvido.

Se quiebran los compases en suspiros
y empieza en tu cintura el día muero...
Aguaceros de amor en Recoleta...
¡Ay estos aires que me danza el tiempo!
Nocturno cascabel de los adioses,
pañuelo azul de lágrima distante;
mansedumbre ojival de la colonia
derramada en el fondo de la tarde.

¡Rumor de colibrí en la Cañadilla!
Es el amor que vuelve del olvido.
Este baile de Chile se deshoja
en diez vihuelas de cristal herido.



Esta información fue tomada de la antología de Carlos René Correa “poetas chilenos del siglo XX” Tomo I, Zig-Zag, Santiago 1972

3 comentarios:

  1. Soy la bisnieta de Manuel Gandarillas. Mi nombre es Bárbara Armijo y este es un hermoso soneto que el dedico a mi madre Lorena Coloma.

    SONETO A LORENA.
    De un encendido paraíso de manzana
    viniste mi Lorena en lento vuelo,
    antorcha dulce, matinal campana
    a mi cansado corazón de abuelo.

    Giramieles de abeja en la mañana
    llenas mi noche con tu rubio cielo
    y en tu verde niñez de porcelana
    de azulejo se viste el desconsuelo .

    Cuando el tiempo envejezca en la ventana
    y te entrepeines la cabeza cana,
    dí a tus hijos y nietos sin recelo,
    que si el tiempo feliz se deshilvana,
    este soneto -colibrí y campana-
    guarda el último beso del abuelo.

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  2. Soy hijo del poeta y periodista Manuel Gandarillas Días, Premio nacional de Periodismo.falleció en 1984. Su poema más popular es
    Dieciocho De Septiembre En La Montaña

    (a los huasos de mi tierra) Manuel Gandarillas Díaz

    Allá, en la verde soledad del peumo,
    canta mi corazón versos de Chile;
    alfalfa musical y trigo nuevo,
    cielo puro de tordos y de triles.

    Dieciocho de septiembre en las ramadas
    tendidas por los huasos de mi tierra
    para mojar en vino la tonada,
    mariposa borracha de vihuelas.

    Las manos montañesas las alzaron
    con fragancia de maquis y laureles
    para bailar la cueca -punta y taco
    que gira y salta como un trompo verde

    la “cantaora”, lengua de cigarra,
    entre bulla de espuelas y chamantos,
    sobre las niñas de almidón que bailan,
    bate cogollos y refranes blancos.

    Hay señales de amor en los pañuelos,
    y en las polleras de percal que suenan,
    agujas de esperanzas y luceros
    va enredando el rumor de las espuelas ...

    Y el día de la patria -por el campo
    no tiene soldados ni desfiles,
    pero en los altos corazones huasos
    se mece el nombre tricolor de Chile.

    Por los guindales de los huifa y huifa,
    en rodeo de amor corren los huasos.
    Pinta el vino su alegre lagartija
    en vidrios de pupilas y de vasos

    Allá en la verde soledad del peumo,
    canta mi corazón versos de Chile
    y endomingados huasos de romero
    endieciochan los frescos toronjiles.

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